miércoles, 15 de abril de 2009

Piden quitar penas de cárcel a consumidores


-Panelistas coinciden en que la prevención es mejor que la penalización
-La prohibición, un fraude de EU para culpar a México del consumo


Legisladores y estudiosos del derecho pugnaron por cambiar en México el enfoque punitivo hacia la cannabis o marihuana por una regulación basada en una visión de salud pública que ponga énfasis en la prevención y la educación.

Durante la mesa “Propuestas Legislativas y de Políticas Públicas hacia la Cannabis” con la que cerró el tercer y último día de trabajos de los Foros de Debate sobre la Regulación de la Planta Cannabis en México, organizado por la Cámara de Diputados, los participantes coincidieron en que la prohibición y no el consumo es causante de la violencia que hay en México.

En este sentido, Alejandro Madrazo Lajous, quien asesoró las tres iniciativas del Partido Socialdemócrata presentadas en el Congreso a través de la diputada Elsa Conde, cuestionó la iniciativa sobre narcomenudeo presentada por el Ejecutivo Federal pues dijo que mantiene de manera soterrada la criminalización del consumidor y al usuario quien ante la disyuntiva de ir a la cárcel deberá declararse un enfermo para recibir tratamiento.

Indicó que a diferencia de otras iniciativas que abogan por la educación como mejor mecanismo de prevención, la iniciativa del presidente Calderón está plagada de ambigüedades y carece de definición conceptual para distinguir las necesidades entre usuarios y adictos lo que favorecerá la extorsión y no resuelve la realidad.

Por eso, se manifestó por una regulación que tanto para usos industriales, médicos y lúdicos sea el Estado quien controle y regule el mercado, pues advirtió que los impactos negativos están en los dos extremos: tanto en la prohibición porque el mercado lo controlan los delincuentes, como en el libre mercado, porque el monopolio lo tienen quienes no siempre tienen en mente el beneficio común.

A su vez, Richard Cowen, director de la Organización Nacional por la Reforma de las Leyes Sobre Marihuana, de Estados Unidos, reconoció el desastre que ha traído tanto para México como para Estados Unidos la prohibición ordenada por el gobierno de su país hace más de 40 años e hizo notar que tan sólo durante esta prohibición 20 millones de estadounidenses han sido detenidos por posesión de cannabis.

Por eso calificó la prohibición como un fraude contraproducente en el que el gobierno de Estados Unidos mantiene una doble moral al culpar a México del consumo entre los jóvenes estadounidenses y sobre todo por exigir a nuestro país lo que sería impensable en la Unión Americana de utilizar al Ejército para labores policíacas.

En este sentido, recomendó a México a fijar sin presiones su propia política de regulación de marihuana sin pensar en cómo reaccionara Estados Unidos pues señaló que la Unión Americana no tiene la capacidad real ni moral para tomar represalias autoritarias contra nuestro país ya que ambas naciones están en momentos y equilibrios diferentes a los que existían hace 40 años cuando se impuso la prohibición.

En la misma mesa, moderada por la diputada del PSD, Elsa Conde, participó el doctor José Ángel Prado, director de los Centros de Integración Juvenil, se manifestó en contra de la regulación de la cannabis pues a su juicio la alta disponibilidad del producto aumenta la accesibilidad, además que hizo mención que la principales causas de muerte en México tanto a nivel general como entre jóvenes es el consumo del tabaco y del abuso del alcohol, por lo que no hace falta aumentar una sustancia más. Sin embargo reconoció que las penas de cárcel para el consumidor no son la solución, sino que debería aplicarse una sanción que llevara al consumidor a tratamiento para evitar que se convierta en adicto.

Finalmente, el presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Víctor Hugo Círigo, reconoció el fracaso de la actual política represiva contra las drogas por lo que propuso terminar con el enfoque prohibicionista y plantearnos como país alternativas en el trato con base en enfoques de salud pública pues de continuar sólo sumaremos cada vez más muertes violentas ligadas a este fenómeno.

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